
Un viajero extranjero (Paul Walker), sin saberlo, toma un coche de alquiler que lo ata a una red de corrupción policial. Para poner las cosas un poco más complicadas se encuentra en libertad condicional. El lío se produce cuando se da cuenta de que el coche que ha alquilado posee la evidencia clave en un juicio de corrupción. Se trata de una testigo que se encuentra en el baúl y a la que deberá llevar a la corte para que testifique al tiempo que sortea una fuerte presión policial que harán todo lo posible por eliminar al pasajero y al conductor.


