
Reseña:
En Nueva York y hacia el final de su carrera, la pequeña Edith Piaf (Marion Cotillar), una mujer de un metro y 43 centímetros, cautiva a la audiencia con su energía, pasión y desgarro. Son las últimas notas de una artista que nació en el abandono y la pobreza, que fue trágica en amores, estuvo hundida en el alcohol y la droga, pero que tuvo una voz deslumbrante. Es la historia, entonces, de una mujer que no se arrepiente de nada.La película no pretende contar la historia exhaustiva y completa de Edith Piaf (1915-1963) y menos la de su época. Lo que va a relatar son capítulos de esa vida, quizás los más intensos, duros y penosos, porque esa es la materia de sus canciones.
Capítulos que no son necesariamente verdaderos y quizás son mero invento, pero eso es secundario, porque lo único genuino de Edith Piaf, lo que realmente cuenta, es el don incuestionable que avanza con el tiempo y no se extingue: su voz. La película no es un musical, pero podría serlo, porque prepara las circunstancias y la llegada de sus canciones más famosas.
Fuente: Emol.